miércoles, 22 de junio de 2011
La importancia de meter la mano
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Al maestro, con cariño, o de los viejitos muertos a los que queremos tanto –y alguno que otro vivo–
X hacía muchas explicaciones y salvedades pero en realidad no tenía nada nuevo que decir –usted disculpará la X, pero así viene el texto.
LEY de la salud mental: No sufras por cosas imaginarias.
JÓVENES EXISTENCIALISTAS: Se cambian opiniones, catarros, queridas.
Se elogian o se denuestan según el humor del momento.
Se enardecen o apaciguan en la medida de sus bien clasificados temperamentos y complejos.
Se casan, se divorcian o se amanceban conforme al viento que mueve las hojas.
El ciclista es un aprendiz de suicida.
UN TIPO. Lo que solía afirmar era falso las más de las veces, cuando no trivial. Su dialéctica, especiosa; su énfasis, innecesario; patente su ignorancia de todo... Pero ¡Qué tono de voz estupendo!¡qué porte tan científico! Nunca se vio en un sabio auténtico mejor estilo, mayor aplomo, superior actitud, más noble seguridad
LOS ESPÍRITUS puramente lógicos, los dialécticos, son los más dañinos. La existencia es ya de suyo de lo más ilógico y milagroso. En el engranaje silogístico perfecto y ruin de un abogado ergotista muchas instituciones jugosas y lozanas se prensan y destruyen. Líbrenos los dioses de estos malos bichos, teorizantes, fanáticos, rectilíneos, aniquiladores de la vida.
La verdadera historia de uno la constituye el rosario de horas solitarias o de embriaguez (embriaguez de virtud, de vino, de poesía ¡Oh Baudelaire amado!) en que nos doblega el estrago de una plenitud espiritual. Lo demás en las biografías son fechas, anécdotas, exterioridades sin significación.
LOS VIEJOS estamos un poco obligados a conocer a los nuevos valores literarios, hasta los de segunda categoría; pero de ningún modo a los de decimosexta fila.
lunes, 30 de agosto de 2010
Los caminos de la vida, o la tradicional queja pre-cumpleañera
- Una bicicleta vagabundo que tenga canastilla.
- Un i-pad.
- Un corno francés.
- Un dobro (si está interesado, pregunte, sin compromiso).
- unos zapatos bostonianos color miel.
- Un sombrero de fieltro tipo dick tracy.
- Una playera del barcelona de cuando maradona jugaba ahí.
- una velada romántica con una muchacha que me guste desde siempre (la muchacha se regala por separado).
- Que septiembre, octubre –excepto el 16– y noviembre pasen rápido.
- Una dotación anual de café decente.
- Un baño y corte para mi perra –que huele mal y parece rené higuita.
sábado, 3 de julio de 2010
Apología del barrilete cósmico o predicciones de cuartos (2)
miércoles, 16 de junio de 2010
viernes, 23 de abril de 2010
Blake y Maradona, o del poeta como sub-especie del homínido y el santo
El poeta es profeta, vaticinador,
como los monos congos que aúllan cuando va a llover.
viernes, 26 de marzo de 2010
Si yo fuera maradona... o Kusturica
miércoles, 8 de abril de 2009
lunes, 30 de marzo de 2009
De a 10 pelusas el boleto de regreso
Aparecería Maradona en billetes de Argentina
BUENOS AIRES, Argentina - El técnico de la selección de Argentina, Diego Armando Maradona, podría aparecer en las monedas y billetes de su país, debido a la gran influencia que tiene a nivel mundial y con el objetivo de atraer al turismo a territorio pampero.
El Banco Central Argentino (BCA), está planeando modificar los diferentes billetes y monedas que circulan en el país y manejan la idea de que el "Pelusa" sea parte de los cambios monetarios, donde quieren poner personajes de cultura popular.
El máximo organismo bancario de Argentina, ya ha recibido propuestas por parte del Círculo Filatélico, que preside Juan Carlos Barrón y quien manejó la idea de poner a Maradona, en el dinero.
"Es todo un ídolo mundial y su inclusión (en monedas y billetes) favorecería el turismo", aseguró el presidente del Círculo Filatélico, quien puso de ejemplo la gran influencia de Maradona en el mundo.
"Hay que recordar que recientemente (Maradona) viajó a India, donde encontró más de 50 mil personas esperándolo en el aeropuerto, lo que nos demuestra la importancia del ex jugador a nivel mundial", señaló Barrón.
Aún se desconoce, la fecha exacta (si se acepta) para que la cara del argentino Diego Armando Maradona empiece a circular.
sábado, 10 de enero de 2009
10 kilómetros de ida y vuelta, o más te vale no morir de hambre
Ayer ha sido, por mucho, el día más productivo de por lo menos los últimos dos meses. Me levanté a las 6 de la mañana, me bañé, me vestí –con mi gorra nueva de cuadritos azules- y me preparé un café. Salí justo a tiempo para llegar temprano a la secundaria en la que doy Español. Las clases, como nunca, resultaron perfectas. Los temas idóneos, los alumnos dóciles, los directores brillosamente ausentes. Regresé a mi casa y comí la pasta con atún y calabacitas que quedó de antier. Suena un poco raro, pero en verdad quedó rica. Yo mismo preparé la salsa que, además de jitomate, ajo, cebolla y albahaca, esta vez llevó zanahoria y apio. Las calabacitas cortadas en tiras largas y delgadas se cocinaron con el atún en la salsa. De verdad muy rico. Más café y a leer un rato.
A las catorce, mi directora de tesis me llamó para trabajar. Hace poco tuvo una operación y no puede manejar, así que quedamos de vernos en su casa. Como toda esta semana he practicado, me envalentoné y me fui en bicicleta. Debo decir que yo vivo en Momoxpan, y ella en Zacapexpan, un pueblito adelante de San Pedro Cholula. Maravillosamente, recorrí 5 kilómetros –medidos estrictamente gracias a las señales de la carretera- en tan solo 40 minutos. Trabajamos tres horas, comimos fruta y queso, dulces italianos y regresé a mi casa. 5 kilómetros más, y sin embargo, regresé con muchas ganas de trabajar. Puse ropa en la lavadora y me metí a bañar. Comí un alfajor que me regaló mi directora –y que por lo demás me sigue pareciendo un Mamut con demasiadas pretensiones-, bebí café, leí mucho para mi tesis, pensé otro poco, y a las veintidós decidí trasquilar poemas.
Y este fue el momento más productivo del día, no porque escribiera mucho, sino porque en realidad pude entender algunas cosas. Primero que nada, me he dado cuenta que escribir es un proceso muy diferente a “hacer” poemas. Y hablo de escribir con intenciones de poesía, no escribir este querido diario, o escribir la tesis. Escribir –con intención poética- es una acción primigenia, una acción no programada, un acto estrictamente personal, despojado de todo glamour, que te permite hacerte de materia prima. El lector me perdonará la analogía –que por lo demás, Cortázar dijo alguna vez en algún lugar-, pero a veces siento que escribir es como hacer caca: un acto tremendamente vergonzoso. Es tan inevitable como desagradable. Y creo que no miento al decir que la mayoría preferimos hacerlo en casa, y mejor si nadie se entera.
Pero hacer poemas es algo muy distinto. Hacer poemas es un poco cocinar la carne cruda, separar el trigo de la cizaña, cortarle el cabello a un hippie. Hacer poemas es encontrar la aguja de oroen el pajar. Después de todo, hacer poemas puede resultar un acto tremendamente placentero, sobre todo si lo logramos, en toda la extensión de la palabra.
Y esto me lleva a preguntarme ¿por qué hago poemas? ¿por qué persistir en hacer algo que no deja nada, por qué emplear tiempo de mi tesis en “hacer ” poemas que nadie leerá? Después de un rato de reflexión –correspondiente al tiempo que empleé en tender la ropa, recién salida de la lavadora- llegué a la conclusión de que lo hago porque no puedo hacer otra cosa. Porque hacer poemas es la cosa que puedo hacer y que me sale menos mal de todas las que he intentado hacer. Si pudiera elegir, preferiría ser un músico virtuoso. Me encantaría poder hacer con un instrumento la música que me gusta, la música que me apasiona. Pero no puedo. Lo he intentado y no puedo. Hay una enorme diferencia entre saber tocar la guitarra o la trompeta y poder hacer la música que se desea. Y bueno, en realidad, no sé dibujar, no sé pintar, no sé esculpir, no sé carpintería ni ebanistería ni forja, no soy bueno con la narrativa, no soy buen actor, no sé disparar una AK-47, y nunca seré como Maradona ni como John Zorn. Así que sólo me queda intentar hacer poemas. A veces, hasta me gusta cómo salen.
Termino este post recordando un día en el que mi papá decidió construir las recámaras en un departamento en el que vivimos hace algún tiempo. Mi papá compró tablaroca y de la nada comenzó a proyectar los espacios. Improvisó unas estructuras de madera y atornilló las tablarocas. Mi hermano, por su parte lo ayudó en todo. Cuando mi papá me pidió que le ayudara a clavar una madera que se había salido de la estructura, tomé el martillo, metí un clavo, luego otro, y luego otro. Después del cuarto clavo, me aburrí. Mi papá se enojó, y me dijo que debía poner por lo menos treinta clavos más. Le dije que sí, pero el aburrimiento no se me quitó, por lo que mi papá me miró de frente, me quitó el martillo, y sabiamente me dijo: Carajo, no sabes hacer nada. Más te vale que seas bueno en eso de escribir, porque si no, te vas a morir de hambre. Más me vale, padre mío, no morir de hambre.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Remate de Valdano, gol de Maradona
11:39 p.m.
Encuentro que, en la generación de nuestros padres -padres de los niños de los 80's, padres nacidos en los 50's y principios de los 60's-, pocas cosas generan un sentimiento tan contradictorio como el mundial de México 1986. Que una generación pueda gozar de un mundial en su propia ciudad es sin lugar a dudas digno de memoria; pero que una generación mire dos mundiales -en dos momentos diametralmente distintos- puede, aunque parezca lo contrario, ser contraproducente. Miremos como ejemplo a mi padre. Él nació en 1961, por lo que para el mundial -que se celebró en junio-julio- tenía 8 años. Dice que fue a dos partidos en el estadio de Puebla, y como es de suponerse, marcaron su niñez. Dioses brasileños, Guerreros alemanes y soviéticos aderezaron sus partidos en la calle. Pelé se coronó en México, y mi padre lo miró alzar el trofeo, al menos por su entonces novedosa tele.
Y ahora vayamos adelante en el tiempo. 1986. Mi muy reciente padre -yo miro el mundial, si es que tal cosa es posible, con 10 meses de edad- tiene 25. Imagino el gran choque sentimental, la revoltura de ánimos que un nuevo mundial puede causar en el aficionado. Ya no se emociona con el juego, ahora lo mira serio, casi milimétrico, y no puede evitar comparaciones. Dicen que Diego Armando Maradona no es humano, pero la imagen de un chaparro blanquiazul no puede compararse con el gran Pelé. El de los pies de caoba dientes de marfil, el que al encarar al defensor lo hechizaba, lo deshacía con sólo la mirada. No, no hay comparación alguna.
Pero, Argentina gana el mundial. Argentina mancilla la memoria de los niños hoy padres. Y no sólo eso, la picardía de los de abajo -del mapa- es tal, que destruye, hace que truene el engranaje defensivo de todo un reino -léase el Británico-, que hace sufrir a los guerreros del tormento blancos negro y amarillo. No puede ser posible. No en la casa de mi padre -léase con referencia bíblica-, y no por hombres que nos dicen vos en vez de tú, hombres que hablan lo que nosotros pero no como nosotros. Y no con esa altivez, con esa superioridad ostentada ahora con los pies -y con la mano.