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Acá una pequeña celebración –la primera–, un fragmento maravilloso de la cantiga 11.
Acostado en mi cama de Managua
iba a dormirme
y de pronto me pregunto:
¿Para dónde vamos? Estamos
en la mitad oscura de la tierra,
la otra mitad, iluminada.
Mañana estaremos en la luz
y los otros en lo oscuro.
Esta noche acostado en mi cama
siento el viaje. ¿Pero para dónde vamos?
Recuerdo números aprendidos en otro tiempo:
Alrededor del sol a 30 kilómetros por segundo,
y junto con el sol en la galaxia a 250 kilómetros por segundo
¿y la galaxia a qué velocidad...?
Estate tranquilo Felipe Peña caído quién sabe dónde,
y Donald y Elvis enterrados por la frontera con Costa Rica,
estén tranquilos muchachos, que vamos bien.
Girando en el espacio negro
dondequiera que vayamos, vamos bien.
Y también
va bien la Revolución.
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