Después de casi un mes de ires, venires, moveres y otras acciones de una operación a la que llamaremos misión "bring our parents back", finalmente hoy vuelvo a dormir en mi propia cama. La misma cama, pero con una disposición diferente –nunca me ha gustado tener la cama pegada a la pared porque es muy difícil tenderla–, con la alfombra limpia. la ropa reubicada y un montón de papeles ya en el viaje sin regreso del camión de la basura. La verdad es que no me puedo quejar porque aunque ha sido muy cansado, me he divertido –sí, a veces tengo diversiones retorcidas– y, para bien o para mal, mi hermano se quedará conmigo mientras se toma su sabático de la escuela.
Lo confieso: me gustan las mudanzas. Me gusta esa sensación de que todo es provisional, que en una semana todo lo que tienes cabe en un camión que te puede dejar en cualquier parte –excepto si quieres cruzar el mar, la tensión de actuar contra reloj. Tal vez lo único que no me gusta es que a veces tienes que deshacerte de cosas para que quepas mejor. No hay nada más horrible que tener que empacar frente a alguien que te observa, sobre todo si tiene la confianza para sugerirte qué guardar y qué tirar. Cómo puede alguien decirte que debes tirar tus carritos, tus libretas de la secundaria, tu primer cuaderno de poemas? quién podría entender lo que significan mis playeras de futbol del equipo de la facultad, o mi uniforme de basquetbol de las abejas poblanas? quién sabe lo que me costó salvar de la basura las corbatas ochenteras de mi papá, las primeras hojas escritas por mi hermana o los primeros bocetos que dibujó mi hermano? Esas cosas las seguiré guardando porque no podría ser de otra manera.
Sin embargo hay cosas que me causan conflicto, como el montón de papeles que acumulé durante los 3 años en que "trabajé" lingüística social, educación intercultural y desarrollo de la escritura. 3 años de leer como loco, de hacer planes, notas, carpetas que poco a poco se desgastaron. Quisiera tirarlo todo, de la misma manera en que tiré mi primer capítulo de [mi primera] tesis, el muy promisorio futuro como cacique educativo, la maestría que pude haber hecho. Pero no puedo. Me conmueve leer los títulos de textos que hace mucho tiempo leí con fervor. Me cuesta trabajo pensar que con sólo sacar esas bolsas llenas de papeles, de notas garabateadas con pluma azul, de trabajos de profesores de la upn también se me va a olvidar todo el tiempo qe perdí. Todo lo que hice y lo que no, lo que dejé a medias.
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Avisos Clasificados
1. Para que no me duela tanto deshacerme de ellas, ofrezco mis copias de lingüística, educación intercultural e investigación educativa a quien demuestre que las utilizará para bien. Son copias, sí, pero de textos difíciles de consultar, de buenos investigadores, de proyectos casi secretos. Avísenme pronto, porque me ocupan demasiado espacio.
2. Se solicita muchacha para colaborar con la continuación de estas líneas:
Como la llama de una antorcha que se enciende con más fuerza si se le agita
San Agustín
Y el cuerpo de mi amada es una antorcha ardiendo
que se enciende y arde y se retuerce entre mis manos
[...]
Las postulantes deberán demostrar su afinidad con el cuerpo descrito. Además, se dará prioridad a quienes demuestren su buen gusto en la vestimenta, en la música y en asuntos varios. Se considerarán, también, habilidades como andar en bicicleta, sonreír siempre en el momento exacto, ser condescendiente cuando el momento lo requiera, tomar café frecuentemente y no fumar –demasiado. Se valora altamente que el nombre de la postulante comience con R o con D –más si es quien yo quiero que sea, y por cierto, señoritas X evítennos la pena de decirle no. Interesadas, favor de sugerir delicada pero claramente su interés en este o en otro medio.
Sé parte de este poemario!!!
(Podemos, por cierto, cambiar mi amada por otra cosa si así lo desea la postulante, sólo que por facilidad rítmica hemos decidido conservarla hasta nuevo aviso).
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