Tardé todo el fin de semana en entenderlo, en digerir que por fin terminé mi Dossier Desesperanza, mi primer poemario. Todavía hoy en la mañana la inercia del hartazgo, tan fuerte como ha sido desde el año pasado sobre mí, me hizo sentirme terriblemente enfermo y faltar al trabajo. Y entonces me di cuenta. Terminé mi poemario. Tan pronto lo entendí, sentí en la piel las hormigas de la felicidad, esas hormigas que a veces rondan los enamoramientos y las canciones increíbles. –Terminé mi poemario, repetí, y me sentí mejor, y fui al super a traer comida, y comí solo y feliz. Por fin terminé mi poemario, tal vez no estoy totalmente conforme con lo último pero ya no le puedo hacer más. El tiempo nos desborda, nos empuja a mudarnos, a nuevas formas de entenderse en el mundo, a arriesgar la comodidad previa. Se me olvidó que me sentía enfermo y fui a la biblioteca para trabajar en mi tesis, porque ahora ya puedo trabajarla. Ahora debo terminar mi tesis. Si no la termino, no podré hacer nada más, y me sentiré enfermo. Literalmente.
Después de un mes de no tuitear, de no mirar feisbuc y de no postear gran cosa, he entendido que hay ciertas cosas que debo hacer porque quiero hacer, porque me gustan, me emocionan, me son impuestas por algo –o Alguien– más allá de mí mismo. Y que hay otras cosas que nos parecen deberes, obligaciones tediosas que al final de cuentas nos consumen la vida. Espero poder decidirme siempre por el primer tipo de cosas y no consumirme. También entendí que, para mí, las cosas funcionan y me salen mejor cuando las hago una a la vez. Ahora, a diferencia de otros muchos momentos, estoy listo para hacer mi tesis. Luego quién sabe, tal vez intente hacer algo de musicología, o me anime a hacer un proyecto que se nos ocurrió hace poco a mi mamá y a mí sobre la Iglesia protestante en México. Quién sabe, tal vez un día finalmente me ponga a hacer lo que más me emociona en el mundo y que no he podido porque no es el momento todavía.
De cualquier manera, sé que ahora sí haré mi tesis fundamentalmente porque tengo claras dos cosas que debo aprender este año y que no podré hacer hasta titularme. Debo aprender a tocar el piano y debo aprender a hablar portugués. Sé que debo hacerlo, y sé que lo haré tan pronto termine la tesis. Mientras la termino, y justo como hoy venía cantando mentalmente en el camino de regreso a casa con Fernanda Porto, me faltam as palavras mais quem fala é a música". Ni más ni menos.
Aquí la rolita, Giramundo de Fernanda Porto:
Y la versión oficial, en la que lamentablemente desactivaron la inserción:
http://www.youtube.com/watch?v=OHBnLzphVYA
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