sábado, 29 de agosto de 2015

30 años [and there's nothing I can do]

Faltan dos días para que cumpla treinta. Justo hace dos años estaba haciendo las preparaciones para mi fiesta de cumpleaños. Y hace un año también. Hoy regreso de mi especie de pasantía en Pan de fuego, con Space oddity pegada en la cabeza después de escucharla varias veces durante la mañana. Siempre he querido que mis fiestas de cumpleaños sean de esas fiestas memorables tipo comercial de whisky en donde todas las personas que conozco están juntas, bailando, y amanezcan en la terraza viendo cómo sale el sol rodeados de foquitos. Pero por alguna razón todas mis fiestas de cumpleaños terminan, directa o indirectamente, en tragedia. Puede ser porque no sé planear muy bien -a pesar de que, dos semanas antes de que sea la fiesta, ya comienzo a hacer diferentes playlists para los momentos de la fiesta y para las posibles situaciones-, porque siempre siento que me falta alguien, porque mis amigos son unos gañanes y como mis amigas lo saben no van y nos dejan solos en la pista de baile, o tal vez porque no tengo terraza. 
El hecho es que mi cumpleaños siempre termina por hacerme sentir insatisfecho y hasta molesto. Por lo que no he hecho. Por lo que he perdido. Por lo que he arruinado. Y que el FONCA dé los resultados adversos de jóvenes creadores una semana antes no me ayuda mucho. Por eso -y porque he decidido cambiar radicalmente esas actitudes destructivas que varios ya conocen-, este año no habrá fiesta. A cambio, pondré en práctica lo que he aprendido en Pan de fuego, una especie de salvavidas que me aventaron hace tres semanas y que mantiene mi cabeza -y mi cuerpo- ocupado y con ánimos de hacer algo. A cambio, estaré escuchando todas mis playlists bien pensadas -cumbia primero para calentar el ambiente; salsa después; otro embate de cumbia, otro de salsa y, si el ambiente lo permite, bachata o bien, si el ánimo no anda guapachoso, un poco de funk, los grandes éxitos de David Bowie alternados con los de Queen y éxitos hipsters al tanteo- mientras alimento mi masa madre, amaso, prendo el horno e intento hacer pan y no pensar, porque "Planet Earth is blue and there's nothing you can do". 


Pongo esta versión porque aunque no me gusta Ben Stiller, no he visto ni sé de qué va The secret life of Walter Mitty, una vez le cambié al beisbol entre-innings y estaba esta parte de la peli que me pareció tristísima y maravillosa.

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