lunes, 19 de abril de 2010

Nada que ver con nada, o por qué lloraba tanto San Agustín

No tengo nada que decir. Sólo que a veces creo que debería leer más poesía, más poetas, diferentes,. Pero luego me acuerdo que tengo una tesis que hacer, y que por una vez en la vida –en lo que llevo, se entiende– debería hacer lo que debo antes de lo que quiero. No me convence mucho, pero cada vez tengo menos opciones. 
También va este pedacito de la cantiga 15 del cántico, que –aunque usted no lo crea– no tiene nada que ver con nada, salvo con el hecho de que me pareció maravilloso que San Agustín llorara tanto. Por algo habrá sido.

"Estamos crucificados en el sexo" dijo Lawrence (D.H)
no sé en qué contexto. Yo tengo el mío.
San Agustín pasó noches llorando
por lo que no volvería a gozar más.
Jerónimo anciano: las bailarinas romanas
que vio en su juventud: por lo que 
se puso a traducir libros de la Biblia como loco.
El de Ruth en una noche.

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