viernes, 4 de diciembre de 2009

Despedida con "D" de Señorita X

Así que finalmente, con este post nos despedimos de la Señorita X. Me hubiera gustado que no fuera así, pero bueno. Hace un ratito hablamos lo que esbozamos en el mensajero. Que si el silencio, que si no se puede hacer nada, que si el café ahora sabía un poco mejor. Fue algo simbólico, porque ya estaba cantadísimo. Lo que me preocupó un poco es que, casi a punto de irnos, me dijo que parecía que tenía algo que decir, que seguro le iba a reprochar algo. Le dije que no, que ya no valía la pena. Me acordé del pasaje bíblico en el que David, que había mandado a matar a uno de sus principales capitanes porque simple y sencillamente se le había antojado –y embarazado– su esposa, llora a su hijo, condenado a muerte por el pecado de David. El niño se enferma y pasa una semana en agonía, y en todo ese tiempo David no come, no sale de su cuarto y no se baña. Cuando le avisan que finalmente el niño había muerto, David se mete a bañar y pide que le den de comer. Todos se sorprenden, porque se suponía que debía guardar el luto. David les contesta que lamentarse no va a traer de vuelta al niño. Lloré a mi hijo mientras estaba vivo, ahora que se murió, ya no vale la pena.
Lo intenté, a trompicones, a la distancia, torpemente, no siempre de la mejor manera, pero sí lo intenté. No funcionó y ahora ya no hay nada que hacer. Llorar en estos casos no la va a traer de vuelta. Hay que enterrarla y olvidarse de ella.

Pensé que debía terminar los poemas que le había empezado, pero la verdad no tengo ganas. Ya le hice uno –que se puede consultar aquí y que engalanará un "breve manual de despedidas" que ya está cocinándose– y ese refleja exactamente todo lo que pasó. Además, para qué decir algo que otros ya han dicho, de mejor manera sin lugar a dudas? Hoy entré al feisbuc y vi un mensaje del grupo "La poesía mexicana", con poemas del muy recientemente galardonado José Emilio Pacheco. Siempre he sido medio reacio a leerlo, pero el primer poema, el primero, fue justo, preciso, certero. Lo pongo aquí, y valga eso como el último rastro de la Señorita X.

LA MAYORÍA DE EDAD

La mayoría de edad
No se alcanza por fecha de nacimiento
Ni consta en los archivos oficiales.

Nos graduamos de adultos nada más
Cuando alguien nos deja.

En plena juventud llega de pronto
El sabor de la muerte.

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En otros asuntos, los invito, queridos lectores y lectoras, a mirar mi reseña de "El oro ensortijado, Poesía viva de México". Si les place, pueden darme su opinión. De antemano sé que está medio cargada y medio light, pero la verdad es que no me siento muy cómodo haciendo reseñas y menos del trabajo de gente a quien conozco. En fin.

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Y de esta manera, dejamos la etiqueta "Señorita X" de los posts de este blog. Una lástima, porque era en verdad un bonito pretexto. Ni hablar.

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