miércoles, 30 de septiembre de 2009

Últimamente, o de los afanes poéticos de la semana

No sé por qué, pero últimamente no tengo mucho que decirle al blogger. Tal vez sea porque estoy lo suficientemente estable en todo, porque estoy de nuevo solo y me acostumbro, poco a poco, porque recuperé un poco mi vida socialité aunque en versión abuelito –lo cual está perfecto por ahora, dadas las circunstancias previas– o tal vez es sólo que no me acostumbro a mi nuevo corte de cabello. Lo cierto es que no tengo gran cosa que decir salvo que la semana pasada fue bastante entretenida en lo que respecta a conocer poetas. El miércoles vino un poeta brasileño y el viernes Paul Hoover y María Baranda presentaron –juntos– un libro y Mario Meléndez presentó su revista. Todo muy bien. La novedad es que entrevisté al poeta y me cayó muy bien, salvo el hecho de que me levanté temprano para la entrevista. Espero terminar de transcribirla –es decir, espero empezar pronto– para que salga en el círculo de poesía. Y nada, que a veces es bonito estar así, sin problemas, salvo el hecho de que uno termina por sospechar que el equilibrio es siempre demasiado frágil, que a nosotros, quien quiera que seamos, nos hace falta el drama, el lamento, o mínimo el hartazgo para poder hacer algo. Algo más. Lo que nos falta, lo de siempre.

***

Y ahora, lo preferido de la semana pasada.

1. De una entrevista con nicanor parra (Revista el Golem #1)

Uno tiene derecho a estar triste de nuevo, aunque la tristeza esté erradicada de la poesía.


2. Un poema de Eduardo Llanos (También del Golem #1)

Las muchachas sencillas

Las muchachas sencillas
dudan que el mundo sea un balneario
para lograr bronceados excitantes
y exhibirse como carne en la parrilla
de una hostería al aire libre.

Las muchachas sencillas
no cultivan el arte del reptar hacia la fama
ni confunden a las personas con peldaños
ni practican ocios ni negocios
ni firman con el trasero contratos millonarios.

Las muchachas sencillas
estudian en liceos con goteras,
trabajan en industrias y oficinas,
rehúyen las rodillas del gerente,
hacen el amor con Luis González
en hoteles, en carpas, en cerros, en lugares sencillos.

Las muchachas sencillas
se convierten en madres, en esposas sencillas,
luchan largos años como sin darse cuenta,
llenándose de canas, de várices y nietos.
Y cuando abandonan este mundo,
dejan por todo recuerdo sus miradas
en fotos arrugadas y sencillas.


3. Un poema de Paul Hoover (En Corazón, Lunarena)

[Iba a transcribirlo pero me da güeva, así que pongo el audio. Para quienes leen esto desde facebook, sólo sigan esta liga: http://www.goear.com/listen/581361b/Dont-kill-yourself-paul-hoover]



No hay comentarios: