jueves, 10 de septiembre de 2009

Indie: hipsters vs. chairos

Miro no sin sorpresa cómo poco a poco el indie, –sin saber del todo qué significa– se va apoderando de mi preferencia musical, de mi i-tunes, y se podría decir que hasta de mí. No sé bien cómo empezó, pero de pronto me encuentro bajando música nueva, clasificada como indie. Indie pop, indie rock, indie folk. Es interesante, porque ahora resulta que música que escucho desde hace algún tiempo, como Beirut, Jollie Holland, Cat Power, Damien Rice y Regina Spektor son indies. En realidad, no tengo ningún problema, porque si lo pensamos bien, lo natural para alguien que ama a Bob Dylan y a Dave Matthews es escuchar indie folk. Además, el indie es el underground de nuestro tiempo, y siempre será bien visto escoger el underground. Y a pesar de todo encuentro algo de vergonzoso, un cierto aire de traición a mis "ideales musicales" -si es que tal cosa existe- en la confesión de este vuelco de mis gustos.
Me explico. Hasta hace unos tres años, me preciaba de escuchar jazz. Cool, bebop, hot, free jazz. siempre jazz. Y esta predilección reflejaba mi postura ante la vida. Escucho jazz porque es lo mejor, lo más complejo, lo más rico musicalmente, lo menos manoseado. En el fondo, el asunto estaba precisamente en no aceptarse "uno más". Sí, todavía escucho jazz, amo a Mingus y a T Monk, pero ya no es lo mismo. Supongo que al final sí es importante el sentido de pertenencia. Y seamos honestos, la nuestra, la generación de los ochenta, es la generación chaira. O mejor dicho, la facción a la que pertenezco –intelectualoides, inadaptados, clasemedieros resentidos– se ha reconocido siempre en la desfachatez. Me acuerdo cuando lo hit era ser jipioso, vender chacharitas en cholula, y cómo pasamos de lo jipioso a lo pandroso y de lo pandroso a lo alternativo y de ahí llegamos a lo chairo. Pero en el fondo sigue siendo lo mismo, pantalones de marca con un mes sin lavar –sólo pasamos de lo acampanado a lo entubado–, playeras viejas, cabellos largos y sucios, chales –o en su caso las muy modernas palestinas–, barbas largas, rock afresado. Al final, lo indie es lo nacido en los ochentas.
Lo interesante es ver cómo pasamos de lo "alternativo" local al movimiento –así de grave– indie Internacional –con I mayúscula, como en Irónico. Buscas en internet lo más trendy, el estilo que te acomoda, y ya tienes el mismo look que algunos tipos de noruega –salvando las diferencias– o irlanda o madagascar. Lo divertido es pensar cómo los hipsters –o sea, chairos con varo– gringos o ingleses, o del país primermundista que usted prefiera, nos verían a nosotros los tercermundistas. Es decir, obviamente que si un hispster viene a México se juntará con chairos locales, chairos que han ido a Europa de mochileros, que saben de libros raros, de música indie, de cerveza artesanal. Pero cómo verían esos mismos hipsters a los chairos mexicanos clasemedieros si un día se decidieran, todos de golpe, a visitar a los amigos hipsters? Seguramente mal, pues aunque los chairos mexicanos conocen las prácticas "alternativas", es muy difícil mantener un estilo de vida hipster. Comida orgánica, bebida cara, drogas caras. Viajes kamikazes a lugares "alternativos" –o sea, la versión extranjera de tepoztlán o mazunte, es decir, cobrada en dólares o euros–, conciertos exclusivos, ropa exclusiva, que cuando la compras parece que alguien la usó por 10 años antes de mandarla a la tienda. Reconozcámoslo, es muy difícil ser un chairo internacional.
Por qué escribo esto? Pues porque precisamente, tratando de documentarme un poco sobre lo indie, me he encontrado con una página divertidísima. Stuff hipsters hate. Una guía completísima sobre los hipsters, sus gustos y disgustos, sus altercados con la versión gringa de lo varil: los bros. Léala con detenimiento, y como extra, trate de encontrar si hay algún punto en el que sus propias actitudes coincidan con las del hipster. En verdad, le garantizo que habrá por lo menos 5.

***

En otros asuntos, ya está la versión con metales de "tu voz", la nueva rola de los forajidos fernández. Se están cocinando un par de rolas más, así que espérelas pronto. Mientras, la versión en goear:



3 comentarios:

G Velázquez dijo...

creo que tocas puntos muuuy ciertos en el post

la página está cool

elarboldorado dijo...

AMÉN HERMANO! jajaja
esto de las culturas urbanas son algo muy espinoso(zop para los alternativos)(sa como apellido mexicano)(za como apellido original)y más cuando se trata de defender los ideales de dichos círculos. Lo rescatable es que tienes el oído bien educado y sabes por donde jalar de cualquier ámbito urbano. . . Moraleja:

¡Más vale bien oido que bueno por escuchar!

Ireneo Morris dijo...

pinches chairos. lo peor es que uno los ve en todos lados, en los cafecitos de coyo, en maestrías poco ortodoxas de la unam, carajo, entro al baño, miro al espejo y mierda, hay uno. hay que aprender a lidiar con el chairo (que no hipster; supongo que la separación primigenia se la debemos al viejo marx) que todos llevamos dentro. ni hablar mujer trais puñal