Nunca me han gustado las canciones ni los poemas mensajes positivos. Es decir, creo que escribir algo cuando te sientes bien no es ni la mitad de interesante que lo que escribes cuando te sientes deprimido, cuando te quieres morir, cuando te estás muriendo de a de veras, etc., a menos que en verdad te estés desbordando de alegría. Pero ese estado es tremendamente difícil –atribuible sólo a los enamoramientos en su etapa de construcción o a los días de barata en las cosas que deseabas comprar desde hacía mucho tiempo– y, aún si se consigue, es difícil hacer algo decente. En esos casos todo es florecitas, o amaneceres, o tu sonrisa o tus ojos. Todo tan bonito.
Sin embargo, este mes encontré un par de grupos que, con todo y sus letras tremendamente positivas –todo va a mejorar, no importa cuán jodidos estemos–, o tal vez precisamente por ellas, me resultan la alegría de los días. El primero, cuyo video "blue skies" ya puse aquí, es noah & the whale. Pero el segundo es un solista –según sé–, super potente. Lo descargué porque tenía un atractivo label de género: Folk punk. Y no se equivoca. Es música super potente, pero con cierto toque de dulzor, de suspiros en día nublado, de levantarse un día y darse cuenta de que después de todo no se puede estar más jodido de lo que se está ahora, que inevitablemente algo tiene que pasar. Y pasa. En este caso, pasa en forma de canción. Paul Baribeau, ten things.
P.S. Escúchense también Christmas lights, strawberry, boys like me y Never get to know. Entre otras.
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