Estimada güera del camión:
(Y digo estimada porque eso es lo que se usa en estos casos, y digo güera porque lo que se ve no se juzga)
Primero que nada, te saludo cordialmente, y te pongo la referencia completa del libro que leía en el camión. Para ser exactos, el viernes 7 de agosto a las 12.40 aproximadamente, yo en el la quinta fila de asientos y tú, adelante mío, en la cuarta. Te lo pongo en APA, para que veas que le me defiendo en los asuntos de academia:
Villaronga, Jordi [Ed.] (2001) Sol de Sal. Nueva poesía catalana; antología 1976-2001. Barcelona, DVD poesía.
Sé que en APA no debería poner nombre, pero me gusta así. Y bueno, me disculpo por no hablarte, porque aunque mentalmente tenía la coartada perfecta –justo cuando te volteaste a ver el título de mi libro, y mientras escribías los datos en tu libreta negra, debí haberte extendido el libro y preguntado si querías que te lo prestara– no me animé. No sé por qué no me animé, y ahora lo lamento. Por eso te escribo esto aquí, porque sé que lo buscarás en la biblioteca de la Universidad en la que acabas de llegar –lo supongo– y no lo encontrarás. Si eres obsesiva, entonces lo buscarás en google –se ve que usas google– y llegarás aquí. Espero no te moleste que haga esto, pero cuando uno no tiene muchas cosas qué hacer termina haciendo este tipo de desvaríos.
Sin más por el momento y agradeciendo que te sentaras justo en frente mío, que voltearas constantemente y que llevaras falda –bonita falda azul con vivos rojos grises y blancos–, quedo de ti, sin saber tu nombre y con un poema a medias, tu muy seguro servilleta.
P.S. Si quieres que te preste el libro pon un comment en este post.
1 comentario:
Era a las 14.40. Perdón
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