Termina El gran Vicente Anaya, con un comentario reposado, sabio, VicenteAnayaeano
José Vicente Anaya on Oct 17th, 2008 at 10:38 am
Estimado tocayo Luis Vicente: yo creo que nadie ha tratado de “arrancarte la cabeza”, no te asustes. Yo estoy convencido (y lo he expuesto en muchísimos foros, artículos publicados, clases con mis alumnos, conferencias, en la revista alforja, etc) de que polemizar es muy sano, y más para nosotros en México donde las polémicas intelectuales han sido pobres, muchas veces de bajo nivel debido a chismes o por ocupar puestos o “ganar imagen” ante el público. En el momento en que publicamos poemas, novelas, ensayos, crónicas, etc., lo que “pensamos” está expuesto a ser rebatido, no por gustos “malsanos” sino simplemente porque el mundo, la cultura, es la diversidad. Pero igual, el que critica (como tú con todo tu derecho lo hiciste) también se expone a que los que no comparten esas ideas digan sus desacuerdos. Cuando polemizamos abrimos el abanico de las ideas, de la información, y demostramos no sólo la diversidad sino que el pensamiento humano (el pensamiento de cada uno de los que polemizan) no es unívoco. Si entendemos esto el enriquecimiento intelectual puede llevarnos a aumentar nuestro conocimiento y a no creer en Diemurgos, en falsos dioses adorados, en “el mejor poeta”, en la necesidad nietzschuana de seguir preparando “El crepúsculo de los ídolos”… En mi segunda respuesta, como te lo dije tocayo, me di cuenta de lo impreciso que fui entre la totalidad y la parcialidad, aunque en mi cabeza siempre estuvo funcionando que hablaba (y esto sí es importante respecto al haber estado en el lugar de los hechos, no lo minimices, porque conocer la historia librescamente no es igual a cuando la conoces siendo partícipe de los hechos) de mi experiencia personal, de lo que yo y mis amigos universitarios vivimos. Más tarde pensé que a Allen Ginsberg no se le puede reprochar que haya escrito sobre su generación diciéndole “¿hablas de TODOS los jóvenes de los Estados Unidos que tenían tu misma edad? Un afectuso saludo José Vicente Anaya
Estimado tocayo Luis Vicente: yo creo que nadie ha tratado de “arrancarte la cabeza”, no te asustes. Yo estoy convencido (y lo he expuesto en muchísimos foros, artículos publicados, clases con mis alumnos, conferencias, en la revista alforja, etc) de que polemizar es muy sano, y más para nosotros en México donde las polémicas intelectuales han sido pobres, muchas veces de bajo nivel debido a chismes o por ocupar puestos o “ganar imagen” ante el público.
En el momento en que publicamos poemas, novelas, ensayos, crónicas, etc., lo que “pensamos” está expuesto a ser rebatido, no por gustos “malsanos” sino simplemente porque el mundo, la cultura, es la diversidad. Pero igual, el que critica (como tú con todo tu derecho lo hiciste) también se expone a que los que no comparten esas ideas digan sus desacuerdos.
Cuando polemizamos abrimos el abanico de las ideas, de la información, y demostramos no sólo la diversidad sino que el pensamiento humano (el pensamiento de cada uno de los que polemizan) no es unívoco. Si entendemos esto el enriquecimiento intelectual puede llevarnos a aumentar nuestro conocimiento y a no creer en Diemurgos, en falsos dioses adorados, en “el mejor poeta”, en la necesidad nietzschuana de seguir preparando “El crepúsculo de los ídolos”…
En mi segunda respuesta, como te lo dije tocayo, me di cuenta de lo impreciso que fui entre la totalidad y la parcialidad, aunque en mi cabeza siempre estuvo funcionando que hablaba (y esto sí es importante respecto al haber estado en el lugar de los hechos, no lo minimices, porque conocer la historia librescamente no es igual a cuando la conoces siendo partícipe de los hechos) de mi experiencia personal, de lo que yo y mis amigos universitarios vivimos. Más tarde pensé que a Allen Ginsberg no se le puede reprochar que haya escrito sobre su generación diciéndole “¿hablas de TODOS los jóvenes de los Estados Unidos que tenían tu misma edad?
Un afectuso saludo
José Vicente Anaya