Si hace un par de meses alguien me hubiera preguntado cómo imaginaba el día después del fin de mi periodo de beca, seguramente habría dicho que estaría tirado en mi cama lloriqueando por tener que buscar más trabajo y porque pasó un año y yo nunca me ligué a una chica usando el argumento de que soy un becario FONCA. Hoy que ese terrible día está por terminar, me doy cuenta de que si bien no usé esa pick-up line y estoy tirado en mi cama, la cosa no pinta tan terrible.
Tal vez sea que todavía no lo asimilo completamente o que no nos han pagado el último mes, pero regresé a casa luego del último encuentro con una sensación de alegría por finalmente haber concluido algo, por no haberlo dejado a medias –como tantas cosas antes de esta– y con montón de cosas aprendidas y compartidas con gente muy valiosa. Ha sido un gran gusto tener a dos tutores tan diferentes entre sí pero que se entendieron y conjuntaron muy bien; compañero/as que se tomaban muy en serio su labor en los talleres y que hicieron anotaciones muy suaves a mi trabajo, y sobre todo el maravilloso aliviane de poder tomar distancia de mi propia realidad para interactuar y fiestear con gente, neta, bien rarotonga. ¡Y con dinero público!
Pero sobre todo, me llevo de este año de trabajo, la posibilidad de avanzar, el tránsito a ese otro que me espera detrás de lo que he sido hasta ahora. Mientras leíamos mis poemas en el tallercito, me di cuenta de que finalmente los poemas azotados ya no tienen mucha justificación. Escribí obedientemente al respecto, y ahora ya se agotó el tema. Lo difícil será encontrar qué es lo que quiero decir ahora que ya no puedo decirme jodido, entender los signos y los tiempos para moverse, para descubrirse de otra manera y alegrarse o sentirse más jodido, pero de forma nueva, diferente, legítima.
En pocas palabras, me alegro de que tuviera una oportunidad de escribir y hacer lo que en verdad quiero hacer, de haber conocido a tanta gente, de que mis límites de resistencia en noches de fiesta haya crecido tanto –en este último encuentro me chuté dos noches sin dormir y aun así aguanté los tallereos y todo–, y sobre todo, porque aunque me tomó más de un año comprenderlo, hoy me dedico a escribir, a hacer poemas, y voy a seguir haciéndolo por mucho tiempo.
2 comentarios:
Sé que mi acotación la considerarás tontísima pero cómo me hizo reír el título...las canciones de José José son para cualquier ocasión
Al contrario, si la verdad es que no sabía muy bien qué poner en el post, si lo que me importaba era ese maravilloso título. Y José José es todo terreno, definitivamente. Abrazo
Publicar un comentario