Contrario a lo que he hecho desde los hace –qué– cuatro o cinco años que abrí este blog, ahora no me voy a quejar porque sea mi cumpleaños, básicamente porque aunque ganas no me faltan, no creo que sea justo. Este año ha sido bueno, muy bueno. Nuevas cosas que hacer, nuevas ideas; llegaron amigos, volvieron amigos, y muy pocos se fueron. Definitivamente, el año pasado no me imaginaba siquiera todo lo que ha pasado, y espero que el próximo la imaginación siga siendo insuficiente. A todos los que han estado cerca, a los amigos, a las amigas, a los compañeros de oficio y beneficio, a la familia, a todos, gracias.
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Y para que este post tenga un poco de sustancia, una foto que saqué este fin de semana en el Encuentro de Escritores de Acapulco, digo, para desquitar el post
Quem mandou não ser devoto/ de Santo Inácio de Acapulco,/Menino Jesus de Praga (PL)
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