Hoy es oficialmente 2010, así que ya tengo derecho a decirle a mi querido blog que siempre he detestado los buenos deseos de año nuevo, los propósitos patéticos de ser mejor, o ganar más dinero, o conseguir una novia que me mantenga, o de ser nombrado emperador del universo. Y por cierto, también detesto las metas corporativas –misión y visión, enmarcadas en roble y colocadas en la entrada de nuestra empresa para que a nadie se le olviden– y sus equivalentes familiares. Tomarse de las manos y decir que mi meta es ganar mi primer millón de dólares o dejar de tomar tanto café.
Esto no quiere decir que no tenga metas personales. De hecho, creo que hoy, como pocas veces, tengo claro no solamente qué es lo que quiero hacer –después de haberme dado cuenta de lo que no quiero–, sino también cómo puedo alcanzarlo. Sé lo que debo hacer este año, y sé que son cosas difíciles, que implican trabajo, decisión, fuerza, alegría suficiente. Y también sé que es probable que fracase en el intento, y que me sienta triste, y solo y tenga que volver a intentarlo muchas veces después y que tal vez cuando alcance mis metas me daré cuenta de que no eran gran cosa. Pero para qué decirle a alguien más, digamos, a alguien que se preocupa por ti, lo que quieres hacer? Al final, las cosas que uno hace, fracasen o se logren, se deben decidir, macerar, hacer desde adentro.
Pero bueno, tal vez sí hay algo que deseo –y que quiera poner aquí, se entiende– para este año. Música. Mucha música, más música, música todo el día, todos los días. Música hasta cuando no hay música afuera, sino sonando en mi cabeza, como hoy, que me desperté con ganas de hacer un top 20 de mi música preferida del 2009, aunque después me di cuenta de que sería un poco injusto, porque si bien en este año salieron nuevos y muy bien logrados discos de muchos de mis músicos preferidos -pienso en el Big Whiskey & the Groogrux king de DMB, Far de Regina Spektor, Actor de St. Vincent, Declaration of Dependence de Kings of Convenience, Holland+ the march of the Zapotec de Beirut , Cantares del Subdesarrollo de Rubén Blades y el muy esperado The persuit de Jamie Cullum–, también se editaron grandes discos de bandas y cantantes que no conocía hasta este año, como Vienna Teng, Jamie T, Gomez, The nightgowns –delicioso synth rock–, Bye bye bycicle –gracias G por tanta y tanta música buena–, The Scotland Yard Gospel Choir, Avishai Cohen –un bajista jazzero super intenso–, Noah and the Whale, We were promised jetpacks y The tallest man on Earth, entre muchos, muchísimos otros. Pero después me di cuenta de que eso también sería injusto porque en el mismo año descubrí tardíamente a otras bandas, otros cantantes, otros músicos, con discos de años pasados, como Paul Baribeau, Gregory and the Hawk, Death cab for cutie, Aungus & Julia Stone, The Welcome Wagon, Oh Laura, Newton Faulkner, City and Colour, Pedro the lion, Andrew Bird, The weepies, Owen y hasta kings of lion.
Entonces, reconozco que no puedo hacer una lista de top algo, simple y sencillamente porque creo que la música aparece siempre en el momento justo, y cuando descubres a una banda que no conoces o escuchas una nueva rola de un músico ésta debe ser tu favorita. Hasta que aparece una más, y así sucesivamente. Reconozco también que esa sensación de descubrimiento es adictiva y me lleva a desear descargar más y más, con el riesgo de bajar mala música o atascar mi compu. Pero no importa, porque siempre es lindo encontrarse después de mucho tiempo con la música que un día creíste que era tu favorita entre las favoritas, como con un buen amigo al que hace mucho tiempo no veías, y salir con él, o mejor dicho, como una chica de la que pensaste estar enamorado y no, y sin embargo, siempre te seguirá gustando.
Lo que sí puedo hacer es nombrar al artista del año en mi itunes, y no sólo eso, sino nombrar el mejor disco de ese artista, que afortunadamente salió en el 2009. Y el premio "guerrillero inexperto" al artista del 2009 es para... Sufjan Stevens. Por su enormísimo talento, su consistencia, sus múltiples apariciones en soundtracks y compilaciones, por sus letras tan lindas, su orquestación casi mágica, por ser si no el gurú de lo indie en los USA por lo menos sí un referente obligado. Por atrevido, por visionario, por contemporáneo, por su rica sensibilidad y sentido del humor retorcido, Sufjan Stevens es mi músico favorito del momento.
Y el disco, cuyo track 2 sonaba cursimente en mi cabeza mientras me levantaba hoy, es el BQE. De verdad búsquenlo. Es una maravilla. Y si tienen la oportunidad de ver el film –que lamentablemente no he podido conseguir– también véanlo, y de paso, móchense. Este disco me recuerda, de manera velada y difusa, al Mingus magnánime, orquestral, inmenso del que estuve enamorado alguna vez. Ah, demasiada emoción para un primer día del año.
http://www.youtube.com/watch?v=z6sRXCLVyoc
2 comentarios:
Tengo qué decir que ser Grinchiniciodeañero es poco común, sobre todo por la melomanía, aunque seguro odia los villancicos.
No, rectifico, odia esa canción de "Yo no olvido al año viejo..."
Por lo pronto me lancé a bajar a Avishai Cohen que, aunque no el favorito, me llamó, a ver qué tal.
Saludos desde el sitio donde los propósitos se escriben y se trabajan.
Suerte con la tesis.
Oh me falto St. Vincent en mi top de música del año . . .demonios!!! mmm mucha música Sam :)
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