¿Qué tuvieron en común Gandhi y Stalin, Pancho Villa y Salvador Dalí, Albert Einstein y Andrés Bustamante, Tom Selleck y Pedro Infante, Tuca Ferreti y Patrick Ewing? Se puede decir que todos impactaron al mundo con su vida y obra, que en algunos casos cambiaron el rumbo de la historia y en otros se convirtieron en héroes. Pero también el hecho de que todos ellos tuvieron utilizaron un bigote que los distinguió del resto de la gente. Quién sabe, tal vez fue el bigote lo que les dio la fuerza para lograr sus respectivos cometidos.
Así que este post es una especie de laudo a aquellos que con sus bigotes cambiaron el mundo, pero más aún, un homenaje al bigote mismo, probablemente el invento no vivo más brillante entre las obras de Dios, que ha convertido en hombres a simples niñatos, y que sin lugar a dudas transforma a quien lo usa, le da clase y lo hace parecer más rudo, más interesante.
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No sé si alguna vez lo he puesto aquí, pero me considero un buen seguidor de los infomerciales. Creo que desde que entré a la preparatoria, con los respectivos altibajos de tareas y servicios de cable, siempre los he disfrutado. Últimamente, por ejemplo, estoy maravillado totalmente con el infomercial de un horno-parrilla que cocina la carne en 16 minutos, sin grasa, y lo que es mejor, promocionado por el mismísimo Mr. T. Es maravilloso e increíblemente caro.
Pues bien, uno de los componentes más interesantes de un infomercial es el apoyo de los así llamados "estudios científicos". Nuestros estudios demostraron..., o según el laboratorio fulanito de tal..., -porque si un tipejo con lentes y bata blanca lo dice es verdad- o comprobado ante notario público..., -los mismos notarios que hacen grandes tranzas con las escrituras de terrenos, con compras de autos y hasta con actas de nacimiento-, suelen ser argumentos casi irrebatibles para que, imagino, montones de incautos que como yo, pero con un poco más de capital, queden prendados y llamen "durante la próxima media hora", pues además recibirán totalmente gratis un práctico "extra", lo que sea que eso signifique.
Y bueno, como he mencionado anteriormente, este es un post homenaje al bigote. En otro post expliqué por qué lo uso, y últimamente he estado husmeando en internet, tratando de encontrar algo más para honrar al bigote, porque un post no es suficiente. Y lo he encontrado. En los Estados Unidos existe un Instituto dedicado exclusivamente al uso, fomento y defensa del bigote: The American Mustache Institute. Como era de esperarse, me afilié tan pronto pude, y comencé a leer los interesantes artículos que en la página se presentan. Me llamó la atención, sobre todo, la atinada clasificación de los tipos de bigote existente. Los pongo a continuación:
Sería un buen ejercicio identificar a personajes de la historia con los bigotes -el horseshoe es de Hulk Hogan, el chevron de tuca ferreti, el walrus del güiri-güiri y el primero de los pencil mustaches es de Pedro Infante-; sin embargo, mi intención es contribuir realmente, así que intentaré utilizar los probadísimos métodos de convencimiento utilizados en los infomerciales, con el fin de que el querido lector -y por qué no, alguna que otra lectora- valore tan bello instrumento que Dios ha puesto en nuestro labio superior.
Por favor lea con atención las siguientes estadísticas, obtenidas en el muy recién formado -y por demás, hasta ahora inexistente- Instituto Mexicano del Bigote:
1. Sólo 6 de cada 10 mexicanos pueden, si lo dejan crecer, tener un bigote grande y saludable. El resto, probablemente debido a los diferentes caprichos del mestizaje, sólo alcanzan a tener un bigote de cantinflas, definitivamente no contemplado en la lista de estilos. Lástima por ellos.
2. De las mujeres entrevistadas, 9 de cada 10 consideran más sexy la foto de un hombre con bigote que la foto del mismo hombre sin él. La 1 restante, ni siquiera quiso ver la foto sin bigote pues la consideraba una afrenta.
3. En un estudio de 10 hombres sin bigote y con problemas de disfunción eréctil, 6 hombres vieron su desempeño sexual restaurado al dejarse crecer el bigote. Los cuatro restantes eran parte de la minoría de mexicanos que sólo tienen bigote de cantinflas, y como era de esperarse, gastaron toda su fortuna en tratamientos. Las mujeres de estos cuatro hombres los abandonaron por hombres que sí tenían bigote.
4. 3 de cada 10 hombres con bigote son considerados los más populares de su escuela. El resto ni siquiera necesita ir a la escuela para ser exitoso.
5. En una prueba de disparo de diferentes armas de fuego, diferentes calibres, se comprobó que 10 hombres con bigote disparan 78% mejor que 10 hombres sin bigote. Dos de los hombres sin bigote mejoraron sus disparos conforme el bigote aparecía.
6. 9 de cada 10 mujeres creen que el feminismo surgió como respuesta a la tendencia a rasurarse el bigote entre los hombres. Según una de ellas -que prefiere quedar en el anonimato- el mundo se arreglaría si los hombres se dejaran el bigote.
7. 6 de cada 10 hombres con bigote han sido discriminados. de entre ellos, 4 de cada 10 es integrante fundamental de algún cártel de narcotráfico y los otros 2 están en la cárcel por homicidio.
Nuestras encuestas no mienten, -aunque para efectos legales y otro tipo de reclamos, estas encuestas no tienen validez oficial y sólo presentan datos con fines informativos y de entretenimiento-; El bigote es un artículo suntuoso, un elemento de lujo en una sociedad tan amanerada. Así que si eres del 60% de los mexicanos afortunados, deja que tu bigote crezca. Y si no, no nos envidies.
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