lunes, 19 de septiembre de 2011

Algo de suerte, u otra vez un homenaje a Rockdrigo González

Hace 10 años escuché por primera vez a Rockdrigo González. En un casette. Me acuerdo bien porque era una cinta de 90 minutos, en la que además venía una versión medio rara de Knocking on heaven's door. Eran sólamente 6 canciones de él –las que, ahora sé, se grabaron como "no estoy loco"–, y el casette no duró más de un año. Lo escuchaba prácticamente todos los días hasta que se le salieron las tripas –la cinta–, y contrario a mucha gente que lo relaciona luego luego con el Rock del ete y el asalto Chido, yo creo que esas canciones son las mejores, las más pulidas.
Desde entonces, he buscado, bajado y tocado su música en mi casa, en fiestas familiares y en uno que otro camión. Me acuerdo que una vez –justo en el primer año de la carrera– toqué "los intelectuales" y "ama de casa un poco triste" en tres camiones, y me gané 50 pesos. También me acuerdo de la primera vez en que, con plena consciencia pasé por la Balderas, y cómo mi hermano nos pusimos a cantar esa rola.
Por eso, y porque hoy, hace 26 años Rockdrigo González, como un montón de mexicanos, se murió con el terremoto, va este homenaje un tanto charro, mal hecho y medio feo –pero bien sentido– a un tipo que, como en una de sus canciones, anduvo toreando a la muerte, esperándola "...para darle sus besos". Por eso, y porque yo también he corrido con algo de suerte últimamente.


No hay comentarios: