De la obligación y otros engaños

No has leído cien años de soledad? Pero si es una obra cumbre, indispensable, monumental en la literatura latinoamericana. Qué digo latinoamericana, mundial, universal, y lo que vaya arriba de universal. Y tampoco has leído la región más transparente? Cómo? Y así te dices estudiante de letras? Es inconcebible, verdaderamente inconcebible, esas son lecturas obligadas para el estudiante, no sólo de letras, sino de cualquier área.

Pues no. No he leído Cien años de soledad. Y con la región más transparente hice lo lógico. Empecé, me quedé dormido y la abandoné. Tampoco he leído a Vargas Llosa, ni a Saramago, ni a Rosario Castellanos, ni a Elena Poniatowska, y ni siquiera he leído más que dos libros de poemas –Renga, y Blanco– de Octavio Paz. Juré nunca leer a Dostoievski por salud mental, y tengo el quijote en el librero porque hace buen bulto.

Y no me da vergüenza. Me declaro abiertamente en contra de lo obligado en la literatura y en la poesía, simplemente porque creo que, más que obligación, hay que apostar por el disfrute. Que Neruda es obligado??? Pues lee unos poemas -walking around- y dime si no. Que Enrique Serna es imprescindible en la literatura mexicana? Pues no lo ha sido, pero para mí lo es. Sí, existe el CANON -así, con mayúsculas- literario, pero generalmente sirve más para los estudiantes de letras que no tienen vida que para la gente que gusta de la literatura. Seguro que si le preguntamos a algún poeta del canon, nos saldrá con imprescindibles que nadie más consideraría así. Al final, lo importante es que guste, que conmueva, que desgarre. Eso, sí que es lo obligado.

Pero bueno, cada quien sus gustos, no se juzga a nadie. O bueno sí, al fin y al cabo que García Márquez APESTA.