domingo, 2 de agosto de 2009

Checklist, o de lo que se debe hacer cuando se debe

Wovon man sprechen nicht kann, darüber muss man schweigen
Wittgenstein


Al parecer, resulta inevitable encontrarse, en un momento u otro del trajín, con situaciones tipo "deber hacer". Un hombre deberá hacer lo que debe hacer. Una mujer, un centro delantero, un niño, todos, a su nivel, tendrán algo que deben hacer. Un niño tendrá que enfrentarse a la jauría de otros niños, digamos, para defender su orgullo, para mantener su dignidad, estrenar sus puños para no ser devorado por los de otro niño. Un delantero tendrá que echarse el equipo al hombro, pelear a muerte cada balón del partido de su vida –uno termina por presentir esas cosas en el momento mismo en que se juega–, y pedir el balón –minuto 89'– en el cobro de la pena máxima. Sin explicaciones racionales, sin miramientos, sin balanza de pros y contras, uno simplemente debe hacerlo. Lo que pase después dependerá de otros factores, de todo lo que nos rodea, de Dios, del tiempo, del contrario, del ritmo cardiaco que mostramos en el momento, pero el acto mismo, el enfrentarse al "deber hacer" es inminente, inevitable.
Uno puede intentar engañarse y rehuir a eso que debe ser hecho, pero al final de cuentas, eso de lo que huimos terminará por alcanzarnos. El delantero que no cobró el penal tendrá que cobrarlo en una tanda de eliminación, con el terror de la muerte súbita lamiéndole las plantas de los pies; el niño no soportará ser la vergüenza de la colonia y terminará por apretar la mandíbula y los puños, o de plano tomar un revólver de la repisa de papá y dispararle a quien lo ha molestado por años. O se volará la propia cabeza, y de cualquier manera habrá hecho lo que tenía que hacer.
Lo que me preocupa ahora es saber reconocer qué es lo que se debe hacer. Es decir, lo que una persona debe hacer aplica para todas las personas de similar condición? Quién decide qué es lo que yo debo hacer? Debo aceptar mi condición y partiendo de ahí, hacer lo que debo hacer para después poder encontrarme con otras cosas que también tendré que hacer hasta que inevitablemente me muera, sabiendo que de esa manera cumpliré con mi lista de "deberes"? O puedo decidir, digamos, que mi deber hacer no está en horario de oficina ni en 8 horas diarias con dos intermedias para la comida en el mismo restaurante hasta que llegue la jubilación, sino en lo impredecible, en el deber hacer, digamos, lo que otros no hacen, lo que otros no han debido hacer o han evitado a toda costa? Supongo que mi deber hacer está, precisamente, en descubrir a ciencia cierta qué es eso que debo hacer. O en la jubilación a los 65, si es que el mundo llega a entonces.

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