jueves, 25 de junio de 2009

Si zapatero a tus zapatos, guerrillero... a anular tu voto???

Contrario a lo que parezca, este blog nació como parte de mi necesidad por establecer mis posturas políticas -véase el segundo post de todos los tiempos- frente a lo que en su momento me pareció digno de comentar. Con el paso del tiempo, el blog se volvió mi bonito querido diario, y las cosas de política se fueron diluyendo al grado de que se podría decir que el tópico número 1 del blog es el futbol, y el segundo mis amargosidades. Hoy, a dos semanas de las elecciones en México, y ya muy cansado de tantos espots -que si voto blanco, que si tache a todos, que si pripanperredepetéverdepeeseo- me decido a dar mis puntos de vista.
Primero. Terminé verdaderamente asqueado por los espots del IFE antes de que empezaran las campañas. Piénsale. Si no cuentas los votos, quién los va a contar? Chale. Quién les va a creer después de rompernos el corazón -políticamente hablando, es decir, después de pragmáticamente rompernos la madre- con el asunto de López Obrador y el voto por voto???
Segundo. Resulta curiosísimo darse cuenta de que, al tratar de vendernos "cosas" de política, no se hable de cosas de política. El PRI trata de llegarnos a las vísceras con el Futbol; el PAN con las drogas e Iridia Salazar embarazada; el PRD con una niña caguengue que resulta ser el cerebro detrás del partido. Carajo. No es que uno se las de de muy instruido, pero no habría que hablar acciones reales contra el desempleo, la reforma fiscal, pemex, y otros muchísimos etcéteras?
Tercero. Doble discurso de las drogas. Por un lado, el gobierno manda al ejército a "combatir" las drogas, y por otro aprueban la posesión de dosis personales. Entonces qué? Además, se supone que tenemos derecho a guardar en nuestra bolsa hasta 5 miligramos de opio. Y dónde se consigue el opio?
Cuarto. El verde pide pena de muerte para los secuestradores. Ajá, y también para los políticos corruptos.
Quinto. Está de moda el tema de anular el voto. Por un lado, te dicen que si no te convence ninguno, que taches a todos. Por otro, que castigues a los partidos grandes "regalando" tu voto a algún partidillo. He pensado al respecto y llegué a una bonita conclusión en forma de historia familiar:
Digamos que un día, mi abuelo decide regalarme su auto. Un auto viejo y feo, pero un auto al fin y al cabo. Me lo regala y me dice que nomás hay que llevarlo al taller para que lo afinen. Él ha ido al mismo taller desde hace mucho tiempo -el taller tricolor-, y aunque sabe que siempre le han robado y engañado con piezas de uso y/o robadas, prefiere al malo por conocido.
Sin embargo, hay otro taller cerca de mi casa, el taller azul, que siempre me insiste que lleve mi auto, que son mejores que el otro taller, que ellos sí saben. Así que llevo el auto a ese taller y espero lo mejor. Pero no, resulta que este taller está manejado por un soberano asno, que no sabe ni siquiera distinguir entre cofre y cajuela. Según ellos me dicen que ya está, pero que es muy inseguro, que hay que dejarlo más tiempo para que refuercen la seguridad, le pondrán un tumbaburros y llantas de trailer para evitar peligros. Obvio, me niego, porque a todas luces lo más importante es que mínimo el auto arranque.
Un buen día llega un mecánico que inspira confianza, y que ofrece mejor precio. Le llevo mi auto esperando lo mejor, pero los otros talleres se alían para cerrarlo, que porque no tiene licencia de funcionamiento, que porque no pertenece al gremio. Y sí, terminan cerrando el taller al que yo decidí llevar a mi auto. Y sí, mi auto sigue sin funcionar.
Finalmente surgen más talleres. Todos se ofrecen para arreglar mi auto, o al menos para que les pague por hacer como que lo arreglan. Mi auto lleva parado muchísimo tiempo, y las cotizaciones que me ofrecen para arreglarlo son elevadísimas. Un amigo me recomienda que, en protesta a todos esos talleres, vaya y les diga que no quiero que me arreglen mi auto. Porque así las instituciones, o sea los talleres, van a darse cuenta de que no me convencen y cambiarán. A mí me parece totalmente estúpido, y me decido entonces a hacer lo que debí hacer desde hace mucho. Abandonar mi auto y comprarme una bicicleta. Al carajo con los talleres mecánicos.
Es bastante incómodo esto de hablar de política, pero me gustó el símil del auto. Y claro, prefiero las bicis, sobre todo porque no tengo licencia para manejar -y tampoco IFE para votar. Je.

2 comentarios:

Anita Iruretagoyena dijo...

Aplausos. Buen post, un abrazo

Ireneo Morris dijo...

vaya hermano, parlando de polaca!!! y además con una postura clara!!! y además en un post sabroso!!! eso amerita unas chelitas por cuenta de la casa.

totalmente de acuerdo con vos samuel. las elecciones son el evento más desafortunado de la temporada, y ni pa donde correr.

además, obviamente, me conquistaste desde el hola al recordar la mamada el fraude y del mecánico chévere al que le rajaron toda la madre los enanos.

vientos huracanados por el post sam.