lunes, 29 de diciembre de 2008

Porque no sólo la franja del puebla nos [pre]ocupa (preliminar)

La verdad es que yo pensaba dejar en paz el blog hasta el próximo año, pero, muy inexperto y todo, este bloggerrillero considera que el tema de los ataques israelíes a la Franja de Gaza tiene que ser abordado, más para informarse y elucidar su propia opinión -se aprecia mejor puesta en el blog- que para compartirla con fines de discusión. Sé que es un tema difícil, y que muchos de los amigos considerarán a priori que mi comentario no es válido por mi condición de cristiano-protestante, simpatizante de la cultura judía y demás etcéteras. A ellos, les pido que al menos lo lean y comenten. Me iluminarán mucho si después de leer me corrigen.

Ahora que lo pienso, el tema es demasiado amplio, así que pondré varios post sobre el mismo tema.
Primero: Algunas consideraciones sobre el terrorismo como forma de resistencia, de respuesta de "los más debiles" ante el grupo dominante, sea gobierno represor, país invasor, etcétera.
Segundo: Una perspectiva bíblico-histórica -la única que domino, ja- del conflicto. Uno puede llegar a encontrarse explicaciones muy interesantes de la Biblia a todo este conflicto.
Tercero: Una aproximación a los últimos sucesos en el conflicto palestino-israelí, especialmente en torno a los ocurridos en este mes.
Cuarto: Una especie de reflexión-crítica al absurdo de la indignación intelectual como pose. Seguramente éste será un post difícil, pero sin lugar a dudas será uno de mis preferidos.

Conclusiones finales y cierre.

Así que, querido lector, este es un microproyecto bloggero a desarrollarse en lo que resta del año. No desespere si al entrar cada hora -sé que usted no puede vivir sin este blog- no encuentra nada nuevo. Lo escribiré, y a cambio esperaré que usted escriba sus comentarios, que seguramente serán más atinados y más informados y que me permitirán, a fin de cuentas, ampliar mi criterio y quién sabe, tal vez hasta agarrar un poquito más de experiencia -por eso del guerrillero inexperto. Sea pues, un pacto. Y que comience el trajín.

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