domingo, 21 de diciembre de 2008

de blogs de antaño

Mala cosa es estar de vacaciones. Llevo ya un buen rato husmeando en mis cuentas de chácharas por aquí y por allá, y ahora me he dado cuenta que tengo un comentario en el antiquísimo blog de mi maispeis. Pongo el post aquí y el comentario. Nomás para contribuir al ánimo relajado de las vacaciones, y de paso para mirarme escrito hace dos años.

mercredi, juin 14, 2006

Primer esbozo contra la literatura

Hoy la literatura está sobreestimada. Forma de vida hermana del desempleo, mágica perjuración de la lectura en el baño, irremediable comezón del aburrido, la literatura no propone, como se cree generalmente, una vivencia alterna a la propia vida, sino precisamente todo lo contrario. Recordemos al niño enfermizo de la secundaria que mientras todos hervían baño maría las hormonas, él pasaba todo el día pegado a un libro. O el escritor frustrado que se pasa horas tachando y revisando hasta que siente refrendado el triunfo de la calidad sobre la extensión dispersa. Vayamos, sin embargo, aun más lejos. Miremos sobre el hombro de este supuesto de escritor -que irremediablemente nos contiene ahora mismo- para encontrarnos con la temática de sus desvelos. De sus domingos sin futbol y su mujer inexistente. El sexo? La pérdida reciente de la cercanía del continente de nuestra pregunta anterior. En vez de salir y arrancarse las uñas frente a la puerta de la amada en turno, pasa la noche en vela, izándose las ganas cada vez que la recuerda, cada que la recorre de memoria prodigiosa. Y sin embargo, resulta fácil dar con el final del cuento: La vuelve a ver, debajo de su cama, porque nuca se había ido sino que lo había imaginado, contrario a lo que en realidad sucede y que obviaremos so razón de necedad. No cambia nada de lo que se vive, porque simplemente no se vive. Porque hacer literatura es cogerse de la escusa más ridícula que se se traiga a cuestas para no vivir del todo. De la tristeza, de la esperanza, de la desesperanza, de la calvicie. Ninguna razón de peso para hacer o leer, pero sobre todo comprar literatura. Eso sí, la poesía es otra cosa.


Y, después, la respuesta:

Alguna vez, dije, que leer llevaba sus riesgos. Nada más alejado de esta sentencia, hoy, al leerte. En varios puntos, tienes razón. Precisamente, alguna vez también, escribi como hoy a altas horas de la noche que había visto a un chico que leía mientras esperaba el camión, ajeno a todas las personas que estábamos allí. Pero lo que percibí de él era que leía, claro, para mostrarse diferente. Para excluirse de una dinámica tan sencilla, como esperar el camión. Me dije que él leía con la convicción de no estar. De saberse ajeno y demostrarlo. Y lo sé, finalmente, porque yo también leí así. Para mí, de alguna manera, la literatura llegó por la exclusión.

Y sin bien sé que muchos escribientes lo hacen porque no pueden con sus fantasmas y se pasan las noches en vela en lugar de coger el puto teléfono y llamar a ese o esa que está allí y no en las hojas... también sé que, por experiencia, la literatura reconcilia. La literatura en realidad no es LA LITERATURA, con mayúscula. Son muchas literaturas, porque, como decía Pavese: "- no se ve con qué derecho, ante una página escrita, olvidamos el ser hombres y que un hombre nos habla"

Saludos, desde un viernes con cervezas, a punto de morir.

Publié par dragon-princesa le vendredi, août 22, 2008 - 11:49
Qué bizarro, no? Recibir una respuesta de alguien que no conozco, dos años después de haberlo escrito. Más bizarro aun es darme cuenta que tengo 879 visitas y dos "compliments". Qué loco.

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