miércoles, 11 de agosto de 2010

La baba del camello o sobre las buenas nuevas –y otras que esperamos–

Hoy es el miércoles y, como lamentablemente predije en twitter el domingo –o lunes, parece que fue hace tanto tiempo, ja–, la que corre es probablemente la semana más larga de toda mi vida. Este iba a ser un post sobre cómo es que no me gustan los beatles aunque sí sus canciones cantadas por otros –iba a ser un gran y muy polémico post– pero al final las esperas, las histerias y otros asuntos dijeron lo contrario. En resumen –y sin ganas de entrar en detalles para no andar de quejumbroso– la semana se escurre como baba de camello –la han visto? es asquerosa– y como no quiero amargarles los ojos queridos lectores, pondré un fragmento de lo que he podido leer esta semana, que en realidad es muy poco pero muy bueno. Es del libro Teología de la Liberación de Phillip Berryman, y me gusta porque además de lo valioso del texto, el libro me ayuda a zafarme de los temas Jungianos que ya me estaban ensuciando demasiado la cabeza, así que va, con etiqueta de la monjerrilla. 


Evangelización significa comunicar el Evangelio, que a su vez significa “buena nueva”. La buena nueva es que Dios escucha el clamor de los pobres y está con ellos en sus sufrimientos y luchas. La fe cristiana no es primordialmente un asunto de creer en los personajes y en los acontecimientos relatados en las páginas de las escrituras, sino más bien de encontrar el significado actual de la vida actual en términos de esos símbolos bíblicos básicos. El asunto no es simplemente que alguien llamado Jesús  de algún modo reapareció después de su muerte en una tierra llamada Palestina y en un pasado muy lejano, sino más bien que su resurrección nos lleva a una nueva vida desde ahora. (42)

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