domingo, 21 de marzo de 2010

Las tentaciones del jardín

I won't be lying when I tell you
that I'm a gardener I'm a man
in your eyes babe

Según recuerdo, nunca me han preocupado especialmente las estaciones del año, pero si tuviera que elegir, mi menos favorable es el verano y mi preferida sería el otoño. No por las hojas, ni por los colores rojos y amarillos ni por los árboles pelones, sino simplemente porque deja de hacer calor y el viento se enfría y a veces llueve, y además, un poco vergonzosamente, porque era la época de regresar a la escuela –muchas veces a una escuela nueva. Me gustaba la sensación de riesgo, de no saber qué esperar, de encontrarme con nuevas personas o con las mismas después de tanto tiempo –siempre detesté los veranos porque no veía a las niñas y muchachas de las que estaba enamorado. También me gustaba ir y/o venir a la escuela con lluvia, despertarme y encontrar el patio mojado y la llovizna incansable, o a la hora de la salida saltar en los charcos y caminar con la ropa mojada, el cabello escurriendo, los ojos casi cerrados por la lluvia.
A pesar de todo, y sin razón aparente, esta primavera me emociona mucho. Hay algo, una especie de esperanza por nada, de expectación por lo que viene que me alegra. Me alegran los colores que antes me tenían sin cuidado, los olores y sabores de las frutas que sólo se dan estos meses y que puedo comprar con mi propio dinero en el supermercado. De repente me viene un impulso de dejarlo todo y mudarme a algún lugar en donde pudiera sembrar frutas y verduras y caminar descalzo en la tierra y en el pasto, y comerme las frutas y tener una vida simple, alegre, y broncearme y tener músculos y callos por trabajar con mis manos y alegrarme siempre por que llegue la primavera. De repente me dan ganas de estar feliz, y cuidar un jardín y a una muchacha y cantarle canciones que solamente ella conozca. Una muchacha bronceada y con vestido de primavera.

***

Probablemente ya posteé esta canción, pero qué importa, es un bonito video de una maravillosa rola, que me emociona y que algún día cantaré mientras cuido mi propio jardín y a mi muchacha bronceada.

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