lunes, 30 de noviembre de 2009

Ezra Pound o el garbanzo de libra, seguido de las ya tradicionales quejas

No sé realmente por qué, pero siempre me había negado a leer a Ezra Pound. Muy probablemente debe ser por ese halo de intelectualidad profunda, de "buen gusto" mental, de la pedantería de la mayoría de la gente que lo enarbola como el máximo poeta y crítico. La verdad es que alguna vez leí una o dos hojas de los cantos y no me dieron ganas de seguir. Pero bueno, hoy, por azares del destino –que más de un lector relacionará con los azares de querer titularse– comencé a leer, en el viaje de regreso a Puebla, El artista serio y otros ensayos literarios, y hasta ahora, que leí "provincianismo, el enemigo" y "El artista serio" me ha gustado. Me gusta porque de alguna manera marca mi regreso a las lecturas sobre arte y poesía, porque critica cosas que a mí no me gustan y sobre todo porque su manera de criticar es maravillosa. Emite juicios con la seguridad del necio y con la desfachatez del rebelde. La mayoría de sus opiniones parecen ser arrebatos –inteligentes– de coraje, de hartazgo contra la estupidez, contra lo que él detesta, totalmente faltos de objetividad. Y eso es precisamente lo que me ha encantado. Pongo aquí algo que además posee la virtud de encajar con el momento académico que atravieso.

Ahora bien, aparte de la intensa propaganda nacional, muy aparte de la propaganda nacional alemana –y habla apenas de la post/primera/guerra mundial–, el "sistema universitario" alemán es maligno. Es maligno allí donde penetra.
[...] Su acción en Alemania fue de una sencillez perfecta. En todo hombre inteligente esa inteligencia fue sutilmente desviada hacia algún problema particular, algún problema específico y diminuto desconectado de la vida, desconectado de los principios centrales (para usar una frase detestable, de las que se ha abusado mucho).
[...] Es maligno porque sostiene un ideal de "erudición", no un ideal de humanismo. En efecto, afirma: has de adquirir conocimiento para que ese conocimiento sea adquirido. Hablando metafóricamente, levantarás una pirámide idiota e inútil, que no podrás usar ni tú ni nadie más, pero que servirá como "monumento". A tal fin sacrificarás tu mente y tu vitalidad.
[...] Nadie que no haya sido apresado cuando joven e introducido por la fuerza en el posgrado, "conoce" la fascinación de estar a punto de "conocer más que ninguno otro" sobre el sexo de las ostras o los acentos tónicos en el arameo. Nadie que no haya pertenecido a una pandilla de jóvenes encaminada a los "honores" de la erudición sabe cuán fácil es separar la mente de toda consideración general, de toda consideración sobre los valores de la vida, y anexarla a un detalle diminuto, sin importancia. (23-29)

De alguna manera, lamento poner una cita tan larga, pero la verdad es que sí me emocionó leer a Pound porque se enfrentó precisamente a la idea que tenía sobre él. Un viejito anquilosado, contemplativo, amargo y extremadamente minucioso. Y sobre todo porque pude imaginarme a los "eruditos" americanos –de esos que van a Harvard o a Stanford y que se saben de memoria toda la obra de un solo autor– leyendo rápido este ensayo, nomás de pasadita, para no sentirse tan culpables.

A manera de homenaje por este feliz encuentro, una canción muy bonita de Regina Spektor: Pound of Flesh.


***

En otros asuntos, creo que debo cerrar feisbuc. Se supone que hoy terminaría una reseña y haría una carta académica y revisaría poemas que se cocinan lento. Resultó que a duras penas y pude poner este post –porque a pesar de todo, existen prioridades en la vida. No sé cuánto tiempo perdí viendo feisbuc, fotos de mis amigos, fotos de taggeados, enlaces, mensajes, nada. Espero que mi vecino se vaya de vacaciones para que quite el internet y así me pueda concentrar.
Otro asunto es el hecho de que la Señorita X está en Puebla desde el viernes pero no la he visto. Hoy platiqué con ella en el mensajero y me di cuenta –o mejor dicho, reconocí algo que ya había notado desde antes– que ya no se despide con besos, sino con abrazos. Por eso, y porque la canción está bonita, pongo una rola de The devoted Few. It's over, muy probablemente.


http://www.goear.com/listen/e8cf58b/Its-over-the-devoted-few

3 comentarios:

Ireneo Morris dijo...

ese tal pound no se andaba con payasadas ah, y mira que lo de la vitalidad, a uno que pisa la terrible franja del casitreinta, le viene como balde de agua (de riñon). por lo de la mente, bueno, ahí había mucho menos que perder desde el principio.

abrazos a cambio de besos, sutil pero significativo chicotazo, mercancia que has ganado a trueque por un par de patanerías, como bien explicabas en otra de las reflexiones guerrilleras.
de cualquier modo, piensa que simpre es mejor que te digan adios con abrazos, a que no te digan ni hola. creeme.

chau (con beso, ya pues, que a falta de pan...)

Unknown dijo...

Pues

Sigo con el Pound
y cada vez es más potente
cosas muy buenas

de lo de los besos
ya nos arreglamos ayer
y parece que
contra todo pronóstico
seguimos adelante

oye
te mando el link al correo para descargar el nuevo disquito de Rubén Blades

abrazos y besos
-jeje-

Ireneo Morris dijo...

carnal ya descargué el disco y ahora lo escucharé. gracias totales hermano