Me siento a la mesa. Mamá me pide que saque el vino que sobró de ayer; lo saco y sirvo un par de vasos. Aparece frente a mí un plato con un pescado frito. Mamá me dice la manera específica de cómo comerlo sin que se me vayan las espinas. Me siento como un tonto cuando me lo dice, pero la verdad es que no lo sabía, nunca antes había comido un pescado entero, siempre fui de los niños que pedían filete. Lo como, un tanto incómodo con las espinas, pero me gusta. Mientras preparo café -café que mamá compra-, me doy cuenta de que, si estuviera en puebla, también estaría comiendo pescado. Una lata de atún y un refresco fersan, que en la gran bodega cuesta 2.50. Después de todo, estar en casa de mamá es lo mismo, pero no es igual.
2 comentarios:
Hoy en el die me encontré a Mamacita Erika G. A. (con mayúsculas porque así es como se llama, no?). Lo curioso es que la reconocí pese a que nunca la había visto en persona. Yo iba camiando al cubil de E.F y una chava alta pero no tan alta iba delante de mí; en eso la llaman y voleta y yo reconocí sus ojos melancólicos y me dieron unas ganas impresionantes de decirte "Por fin la conocí, por fin la conocí!!" Y los ojos son demasiado tristes para que me guste. Y es una tontería que te lo diga aquí y ahora, pero quiero que sepas que fue una de esas cosas que le pasan a la gente, y que le hacen pensar en otra persona como si estuvera cerca, como si pudiera al menos mandarle un mensaje...
Ya me dijo el Daniel y me da gusto. Es que ya no quiero que estés de amargoso. No si no eres amargoso divertido!!
Yo casi nunca como pescado...
Je
creo que ella es la única mujer a la que me hubiera gustado conocer cuando joven
para saber si siempre tuvo esos ojos tristes
y para enamorarme perdidamente de ella, esperando que con eso se alegraran un poco
en fin
-qué te dijo Daniel?
en realidad sigo de amargoso, pese a lo que te haya dicho
ya sabes
los altibajos de la tesis y demás etcéteras-
en fin
me alegra que la hayas visto
deberías hacerte su amiga e invitarla al cumpleaños de Daniel
jajaja
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